Los maglev
necesitan, además del sistema de levitación magnética un sistema de guía
lateral que asegure que el vehículo no roce el carril guía como
consecuencia de perturbaciones externas que pueda sufrir. En la suspensión EMS,
se instalan unos imanes en los laterales del tren los cuales, a diferencia de
los ubicados para permitir al tren levitar y moverse, solamente actuarán cuando
este se desplace lateralmente, ejerciendo fuerzas de atracción del lado que más
se aleje de la vía. En el sistema EDS son los superconductores y las bobinas de
levitación los encargados del guiado lateral del tren. Las bobinas de
levitación están conectadas por debajo del carril-guía formando un lazo:
Así,
cuando el vehículo se desplaza lateralmente, una corriente eléctrica es
inducida en el lazo, lo que da como resultado una fuerza repulsiva del lado más
cercano a las bobinas de levitación, obligando al vehículo a centrarse. La
energía que se utiliza para levitación y para la estabilización o guía del
vehículo se obtiene por medio de inducción magnética, es decir, no se necesita
energía adicional para la levitación ni para la estabilización. Las bobinas
ubicadas en la pared de la pista, están configuradas como un ocho. De acuerdo
con las leyes del electromagnetismo para la generación de voltajes, se crea un
voltaje cuando un conductor que está en movimiento está inmerso dentro de un
campo magnético, como se muestra en la siguiente ecuación:
Emd=
-(vel x B)
“vel”
es la velocidad, “B” la densidad de campo magnético que atraviesa el conductor
y “l” la longitud del conductor inmerso en el campo magnético.
Si
el tren por alguna causa se hundiese en el carril-guía este respondería con un
aumento de la fuerza repulsiva, lo cual equilibraría este acercamiento; en
contraste con el sistema EMS en el cual la fuerza atractiva aumenta si el
vehículo se acerca a la guía.
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